Los salesianos se colocaron en medio de la muchedumbre de salvajes que los rodeó, y se arrodillaron. Aquellos hombres antes tan feroces, colocaban ahora sus armas a los pies de los misioneros y se arrodillaron y rezaron. Y entre todos empezaron a cantar un himno a la Virgen María con una voz tan sonora y tan fuerte que… yo me desperté.
4 María Andrea Nicoletti, Indígenas y misioneros en la Patagonia. Huellas de los salesianos en la cultura y religiosidad de los pueblos originarios (Buenos Aires: Editorial Continente, 2008), 224. También Lucía Lionetti, "La educación pública: escenario de conflictos y acuerdos entre católicos y liberales en la